jueves, 8 de octubre de 2015

MARIA ANTONIETA

´¿Quién era?
María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena , más conocida bajo el nombre de María Antonieta de Austria, fue una archiduquesa de Austriareina consorte de Francia y de Navarra. Décimo quinta y penúltima hija de Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico y de la emperatrizMaría Teresa I de Austria, se casó en 1770, a los catorce años con el entonces delfín y futuro Luis XVI de Francia, en un intento por estrechar los lazos entre dos enemigos históricos.

En qué época vivió
1792


Qué papel desempeñó en la revolución Francesa.
Tras su muerte, María Antonieta se convirtió en parte de la cultura popular y en una figura histórica importante. Algunos académicos y estudiosos piensan que su comportamiento considerado como frívolo y superficial ayudó a aumentar la agitación durante el inicio de la Revolución francesa, sin embargo, otros historiadores alegan que ha sido injustamente retratada y que las opiniones hacia ella deberían ser más benévolas.


Qué aficiones tenía.

TENER CORONAS CON PIEDRAS HERMOSAS.




  su final.

El 3 de julio de 1793 a las nueve de la noche, vestida de luto por la muerte de su marido, María Antonieta fue sorprendida por los enviados del Comité de Salud Pública que venían a llevarse al delfín, con el pretexto de arrancarlo a la educación perjudicial de su madre.

El 1 de agosto de 1793 María Antonieta fue trasladada desde el Temple a la Conciergerie, a la espera de su juicio. Como a los demás presos, se le asignó una habitación pequeña y húmeda, en la que no tenía ninguna intimidad, bajo la vigilancia de los carceleros.

El proceso se resolvió en dos días, el 14 y el 15 de octubre de 1793. La acusación la ejerció Fouquier-Tinville, conocido como “el fiscal de la guillotina”. Tras escuchar cargos, casi todos falsos, los doce jurados populares votaron condenarla a muerte.

Tras conocer la sentencia, pasó su última noche escribiendo una carta a sus fieles y rezando. El 16 de octubre, a las 8 de la mañana, los guardias le anunciaron que debía prepararse. Para suavizar la impresión del pueblo, se le ordenó que se quitase el luto.

A las 11 de la mañana se abrían las puertas de la Conciergerie. El verdugo le había cortado los cabellos y le ató las manos a la espalda. Ella no opuso resistencia a esta humillación, que dejó aturdida a la multitud.

Fue trasladada al lugar de la ejecución en un humilde carro, para no hacer distinciones de clase social. Sentada en el travesaño, la acompañaron el verdugo y un cura fiel a la Revolución al que la reina ignoró. La comitiva llegó al cadalso al mediodía.

Bajó del carro, descendió sin ayuda y subió al patíbulo con valentía y aire sereno. Tras la ejecución, el verdugo mostro su cabeza a la multitud, que reaccionó con aclamaciones por la República y la libertad.


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