América es el segundo continente más grande del planeta, después de Asia. Ocupa gran parte del hemisferio occidental de la Tierra. Se extiende desde el océano Glacial Ártico por el norte hasta el Cabo de Hornos por el sur, en la confluencia de los océanos Atlántico y Pacífico, los cuales a su vez delimitan al continente por el este y el oeste, respectivamente.
Con una superficie de más de 42 900 000 km²,
es la segunda masa de tierra más grande del globo, cubriendo el 8,4 %
de la superficie total del planeta y el 30,2 % de la tierra emergida, y
además concentrando cerca del 12 % de la población humana.
Debido a su gran tamaño y sus características geográficas, en algunas culturas América es dividida tradicionalmente en América del Norte, América Central, las Antillas y América del Sur.2
Algunos geógrafos consideran a América Central y las Antillas como una
subregión dentro de América del Norte. Atendiendo a sus características
culturales, se distinguen América Anglosajona y América Latina.
América comenzó a tener un contacto masivo y significativo con el Viejo Mundo a partir de 1492 por Cristóbal Colón y de 1497 por Juan Caboto, aunque existen vestigios de asentamientos vikingos datados en el siglo XI, y que forman parte del patrimonio mundial de la Unesco.
EL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA
El descubrimiento de América es el acontecimiento histórico de la primera llegada de una expedición europea a América. Ocurrió el viernes 12 de octubre de 1492 cuando un viaje español comandado por Cristóbal Colón cruzó el Océano Atlántico y llegó a unas islas del continente americano, concretamente las Bahamas. La expedición dio a conocer por primera vez en Europa la existencia del Nuevo Mundo, lo que constituyó uno de los momentos cumbres de la historia universal. Significó el encuentro de dos mundos que habían evolucionado independientemente, sin que uno conociera la existencia del otro lo que cambió el rumbo de la historia de Occidente.
En los siglos posteriores España, Portugal y en menor medida Inglaterra, Francia y otras potencias europeas compitieron por la exploración, conquista y colonización del continente americano, resultando en el nacimiento de nuevos pueblos, culturas y estados.
En el artículo se distingue claramente el «acto mismo del
descubrimiento», entendido como una serie de viajes que hicieron los
primeros españoles que llegaron a América y su dimensión de encuentro
entre culturas, del posterior proceso histórico conocido como la conquista de América
que los europeos realizaron a continuación. Así el encuentro entre esos
dos mundos tuvo importantísimas consecuencias e implicancias para
ambos.
Antecedentes
Unos años antes del descubrimiento de América, los viajes marítimos portugueses a la India bordeando la costa de África y siguiendo el derrotero hacie el este a través del Océano Índico sirvieron como un estímulo para otros navegantes europeos que creían que era posible llegar a las regiones de Asia oriental navegando hacia el oeste. Cristóbal Colón
defendía la hipótesis de que la tierra era redonda y que se podía
alcanzar el oriente navegando hacia poniente. Con ayuda de la monarquía española y concretamente de los Reyes Católicos, los reyes y esposos Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla,
Colón organizó un viaje de exploración que lo condujo a la costa
americana en 1492. Sin embargo, siempre pensó que había llegado al continente asiático, denominado por los europeos las Indias y murió sin saber que había descubierto un nuevo continente.
Los cuatro viajes de Colón
Cristóbal Colón, en representación de los Reyes Católicos de Castilla y Aragón, realizó cuatro famosos viajes desde Europa a América en 1492, 1493, 1498 y 1502. En el primero de ellos llegó a América el 12 de octubre de 1492, a una isla de las Bahamas llamada Guanahani, cuya exacta localización aún se discute.
Los viajes de Colón
A partir del tercer viaje de Colón, descubrimientos y conquista
progresaron conjuntamente. Durante los veinte años que separan 1499 de
1519, cuando empiezó la empresa de Fernando de Magallanes, tuvieron lugar los llamados «viajes menores o andaluces», capitulados por la corona española con otros nautas quebrando el discutido monopolio colombino. En el primero de estos participó Américo Vespucio,
a quien se ha atribuido ser el primer europeo en proponer que las
tierras a las que Colón había llegado no eran en realidad parte de Asia,
sino de un continente desconocido para los europeos y de cuyo nombre de
pila deriva el nombre de "América".
Primer viaje
Una réplica conjetural de La Pinta
-
Una réplica conjetural de La Santa María
Ya hemos leído... Torrente y el Descubrimiento de América
Hoy os traemos la reseña de Torrente y el Descubrimiento de América, la última incursión en cómic del policía más rancio y casposo de las Españas. En esta ocasión, Jose Luis Torrente viajará a través del tiempo para ayudar a Cristobal Colón en su viaje a las Indias. ¡Que Dios nos pille confesados!
Los responsables de este funesto regreso no son otros que Enric Rebollo y el equipo de Ikari Studio, quienes muy a su pesar intentaron llevar a buen puerto lo que tendría que haber sido la obra de revisionismo histórica definitiva de este año. Pero claro, con Torrente de por medio no esta tarea no ha sido para nada fácil.
De hecho, en este cómic "Cris" Colón va a probar en sus propias carnes lo que es tener que vérselas con el policia del futuro. Bueno, de su futuro. Jose Luis Torrente va a abandonar la seguridad y la civilización del año 2013 para viajar a 1492, al final de la Edad Media, justo cuando el navegante genovés se preparaba para viajar hacia occidente en busca de una ruta segura hacia las Indias.
¿El resultado? ¡Por favor! ¿Necesitáis que os lo digamos? Se trata de Torrente, el policía "aspañol" que representa lo peorcito de nuestra sociedad. ¿Cómo iba a encajar en el Medioevo sino a la perfección? El amigo Torrente finalmente verá cumplidos sus deseos y se encontrará rodeado de chusma con su mismo nivel cívico e intelectual. Desgraciadamente, las consecuencias de sus actos no se quedarán en casa, sino que se consumarán al otro lado del Atlántico.
Torrente y el Descubrimiento de América es un cómic de 96 páginas, editado a todo color en cartoné y a un precio de 15,95. Puede adquirirse en grandes superficies y librerías especializadas. Ahora bien, si como suele pasar en estos casos, lo que queréis es que nos mojemos y os demos nuestra opinión, esperad un momento y nos vemos en el siguiente epígrafe.
¿El mismo Torrente de siempre?
Lo primero que el lector tiene que tener en cuenta de este tebeo es que Torrente y el Descubrimiento de América es una obra capaz de ofender a prácticamente cualquier persona de cualquier credo, nacionalidad y religión. Vamos, de entrada a practicamente todo el mundo,
A partir de ahí y teniendo en cuenta este detalle, antes de ponerse a leer lo mejor es dejar en el zapatero y el perchero cualquier tipo de prejuicio. El trabajo de los autores de este cómic, si no es muy similar al de Santiago Segura en el celulóide, poco le falta. Enric Rebollo y los chicos de Ikari Studio han sabido captar en buena medida la esencia burda, gañana y fascistilla, perdón, ultraconservadora del especimen que protagoniza esta historia.
Casposo, desvergonzado, vulgar, macarronico, idiotizante y capaz de hacer vomitar a una cabra si las cabras pudieran leer, este cómic es una de las mayores aberrantes demostraciones de mal gusto que se han publicado este año. Y dicho esto, preguntamos: ¿qué problema hay en ello? El que pase la primera página ya sabía a lo que venía. Y si no es que ha vivido todos estos años en otro planeta.
Dicho esto, Torrente y el Descubrimiento de América no va a defraudar ni un ápice a los seguidores del alter-ego de Santiago Segura. Quien quiera chistes racistas, humor que parodia los valores más rancios, negra crítica social y barbaridades a porrillo las encontrará dentro de sus cubiertas. Ah, y si buscan tetas, tranquilos que las encontrarán y a mansalva.
Paralelamente, hay que hacer notar que el estilo del cómic resulta poco convencional. La construcción de viñetas y cuadros, las expresiones de los personajes e incluso los planos cuentan con una poderosa influencia del manga. No así el diseño de los personajes, que recuerda a una mezcla de cómic tradicional y cartoon. Esta amalgama de estilos hace que el acabado final de la obra pueda ser un poco duro de asimilar para un público un poco más habituado al tebeo más tradicional. Muy a pesar del hermoso coloreado, muy digno de mención, por cierto.
Sin embargo, esta brecha es fácilmente sorteable a poco que se pasen unas cuantas páginas y el lector se deje secuestrar por las carcajadas que su lectura le producirá. Siempre y cuando el "humor torrentiano" sea lo suyo, claro. Por eso mismo huelga decir, llegados a este punto, que Torrente y el Descubrimiento de América no es en absoluto una obra destinada a menores. Su amable estilo visual no debe confundiros. Si algún padre despistado lo tiene en su librería, recomendamos encarecidamente que lo ponga lejos del alcance de sus vástagos... Más que nada porque si luego el nene le sale rana, o Torrente, que no vaya a echarle la culpa a los tebeos.
Concluyendo, Torrente y el Descubrimiento de América no es la obra más inteligente del final del verano, ni tampoco la de más tirón. Pero desde luego sí supone una obra entretenida para echarte unas risas si tienes el adecuado sentido del humor. Sirve para llevárselo al baño o para leer en el metro, pero no cuenta con mayor pretensión que la de distender la tensión del día a día, golpeando en el hígado a la sociedad y a la Historia con una buena ración de sorna, acidez, mala baba y humor negro, sazonada con una abundante guarnición de tacos, obscenidades, chistes facilongos y gags que si repetís en público harán que os quedéis Forever Alone.
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Perspectivas críticas sobre los nuevos centros y periferias globales
Relaciones entre Norte y Sur La Edad Moderna con la conquista de América por parte del “viejo” continente europeo dio paso a nuevos mecanismos en las relaciones internacionales. La dominación cultural y religiosa –como la evangelización y castellanización en el caso de Hispanoamérica-, la dominación económica y productiva –como el extractivismo de materias primas utilizando mano de obra esclavizada-, o la dominación política y militar implementando nuevas estructuras aristócratas en las nacientes colonias con la caída de imperios indígenas y el exterminio de muchas de sus comunidades-, llevaron a la construcción interregional de metrópoli y satélites.
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