EL VIEJO DEL BARRANCO
Todos los viernes a las cinco de la tarde nos íbamos al barranco con el
Carlos y el Paco. Vivíamos en la misma colonia e íbamos al mismo
colegio, a pocas cuadras de nuestras casas. Nos juntábamos en la casa
del Paco y bajábamos hasta la casa del viejo, que nos esperaba sentado
en su mecedora fumando un cigarrillo mentolado. Sonreía al vernos
llegar, con los dientes amarillos que tenía. Se acariciaba la barba
blanca y nos daba la bienvenida mientras se seguía meciendo. Le
llevábamos la comida que nos pedía: a veces fruta, a veces pan, otras
veces pollo o carne. Mientras observaba lo que habíamos llevado, nos
decía, siempre, que si estábamos listos para volar. un dia nos dijo el viejo yo estoi preparado para volar cojio y se tiro por el barranco pero al final consiguio sobrevivir y nosotros le ayudamos a superar sus lesiones , nos hicimos muy amigos del viejo , vivimos felices y comimos perdices.
CARLOS Y PACO
EL BARRANCO Y EL VIEJO
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