La gruta es en realidad una extensa red de cavernas decoradas con magníficos grabados y pinturas rupestres del Paleolítico superior, en concreto del período Magdaleniense
(17000-10000 a. C.). Es célebre, entre otras cosas, por la
representación de dos seres mitad hombres y mitad animales, un hecho
raro en el arte rupestre. El primero es un grabado conocido como “el
hombre-bisonte”, un personaje que reúne simultáneamente las
características de un ser humano y de un bisonte. Parece estar conduciendo un rebaño de animales mientras toca un instrumento, quizá un aerófono o un arco musical. La segunda figura, llamada simplemente “el hechicero”, está grabada y parcialmente pintada en negro. Representa a un ser antropomorfo con piernas humanas, órganos genitales masculinos, patas posteriores de oso, cola de caballo, astas y orejas de ciervo, barba de bisonte y ojos de búho.
Este enigmático personaje, que se halla situado en un lugar casi
inaccesible, a 4 m de altura, por encima del resto y dominando el
espacio a su alrededor, es el más famoso de la cueva y ha recibido
múltiples interpretaciones: un brujo practicando un rito mágico, una divinidad de la caza (del tipo “dios cornudo") o incluso un chamán en trance.
El chamán es un individuo al que se le atribuye la capacidad de
modificar la realidad o la percepción colectiva de esta, de manera que
no responden a una lógica causal.
“Aunque es algo que últimamente se ha puesto en cuestión, la mayoría de
los antropólogos acepta que el chamanismo es una religión de cazadores y
que probablemente fuera la primera manifestación de actividad
religiosa, disciplina espiritual y práctica médica que evolucionó.
“El chamanismo, que se centra sobre todo en la necesidad de acabar con
vidas (de animales) para mantener la propia, refleja una cosmología
primitiva, un equilibrio alcanzado gracias a una idea: la de que el ser
humano debe pagar por las almas de los animales que necesita matar para
sobrevivir, de modo que el chamán vuela hasta el dueño de los animales
para negociar un precio.”
Para los primitivos todo lo que existe es un ser viviente conectado con
un todo en el que hay niveles, múltiples almas conectadas, con las que
se puede viajar para crear beneficios para la comunidad. Por ejemplo se
pensaba que parar curar había que recuperar el alma perdida del enfermo y
devolverla al cuerpo, en una aventura con peligros.
El chamanismo ha llegado hasta la actualidad en muchos lugares sobre
todo en grupos más vinculados con la caza y la recolección, pero algunos
relatos o cuentos como La Cenicienta hacen referencia a nuestra
cultura chamánica.
La importancia del chamanismo la refleja en un texto online: Había una vez... -o las raíces míticas, simbólicas, psicológicas y chamánicas del cuento infantil por Edgar Allan García
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