martes, 10 de marzo de 2015

LA REVOLUCIÓN RUSA

El payaso trágico


El personaje principal de Prohibido entrar sin pantalones, de Juan Bonilla, que ha ganado la primera Bienal de Novela, en Lima, y que acabo de leer, no es Vladimir Maiakovski, sino el astuto, invisible y multifacético narrador: cuenta la historia simulando ser un cronista desapasionado y, de pronto, se convierte en lo que narra, es decir, en el protagonista del relato, para, unas frases o páginas después, volver a contar desde una cercanía impersonal. No hay cesuras entre lo objetivo y subjetivo, presente y pasado, lo privado y lo público, en la prosa serpentina de esta excelente novela que narra lo que crea y transgrede (sin que el lector lo note) todas las fronteras, transformándose también, por momentos, en los poemas estentóreos y las proclamas y manifiestos que el poeta futurista componía y recitaba casi al mismo tiempo en cafés, teatros, plazas, fábricas, convencido de que la poesía de vanguardia y el marxismo, aliados, cambiarían el mundo.

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