martes, 3 de febrero de 2015

LITERATURA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

El buen soldado Švejk















Estatua del soldado Švejk en Eslovaquia.
El buen soldado Švejk (escrito también como Schweik, Schwejk o Shveik en algunas traducciones y pronunciado [ˈʃvɛjk]) es una novela satírica inacabada del escritor checo Jaroslav Hašek publicada en 1921 y 1922.
La primera edición de la obra en libro fue ilustrada por Josef Lada tras la muerte de Hašek. El título original en idioma checo es Osudy dobrého vojáka Švejka za světové války, literalmente, 'Las maravillosas aventuras del buen soldado Švejk durante la Guerra Mundial'. Parte de las vivencias del personaje son sucesos reales sucedidos a Hašek o de los que tuvo noticia, incluyendo en muchos casos los nombres verdaderos de sus protagonistas, muy a menudo para denunciar sus abusos. Estaba previsto que la obra ocupara seis volúmenes, pero llegó a completar sólo cuatro (que las editoriales suelen ofrecer en uno o dos tomos) debido a su repentina muerte en 1923 a causa de una tuberculosis. Está considerada la más importante novela de la literatura escrita en checo.




 La primera edición de la obra en libro fue ilustrada por Josef Lada tras la muerte de Hašek. 'Las maravillosas aventuras del buen soldado Švejk durante la Guerra Mundial'. Estaba previsto que la obra ocupara seis volúmenes, pero llegó a completar sólo cuatro (que las editoriales suelen ofrecer en uno o dos tomos) debido a su repentina muerte en 1923 a causa de una tuberculosis. Está considerada la más importante novela de la literatura escrita en checo.

Ernst Jünger

Ernst Jünger
Bundesarchiv B 145 Bild-F073370-0003, Bad Godesberg, Ernst Jünger, Philipp Jenninger.jpg
Ernst Jünger, a la izquierda







Ernst Jünger  fue un escritor, filósofo, novelista e historiador alemán. Era hijo del doctor Ernst George Jünger, profesor de química, y Lily Karoline.



“El tren paró en Bazancourt, pueblo de Champaña. Nos apeamos. Con un respeto incrédulo escuchamos atentamente los lentos compases de la laminadora del frente, una melodía que había de convertirse por largos años en algo habitual para nosotros.Habíamos abandonado las aulas de las universidades, los pupitres de las escuelas, los tableros de los talleres, y en unas breves semanas de instrucción nos habían fusionado hasta hacer de nosotros un único cuerpo, grande y henchido de entusiasmo.




Gaziel

Emigró de niño a Barcelona junto a sus padres, pese a lo cual siempre se mantuvo en contacto con su localidad natal. En 1903 comenzó la carrera de Derecho en la Universidad de Barcelona, impulsado por el deseo paterno de que ganase una notaría. Más tarde se matriculó en la Facultad de Letras, su verdadera vocación. Vivió unos meses en Madrid, donde se doctoró en 1908. Allí tuvo la oportunidad de tratar a diversas figuras de la época, como Bonilla y San Martín –su querido maestro–, Ramón y Cajal, Luis Simarro, Unamuno, Galdós y a Valle-Inclán.

 

 

 “La impresión que he experimentado era tan ruda que sentía el deseo de descender del coche para visitar despacio aquellas pobres aldeas, tan monstruosamente destrozadas que ya ni el aspecto de ruinas tienen. Una ruina es algo que deja adivinar bajo su estado actual de decadencia, un tiempo pretérito de esplendor.

 

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