Tontos, estúpidos, idiotas, majaderos, lelos... Son algunos de los
sinónimos que encontramos en los diccionarios de lengua española para
denominar a este tipo de personas. Son los adjetivos más usados
cuando nos remitimos a seres engreídos, ególatras y con comportamientos
sociales –aunque la mayoría de ellos lo ignoren por completo– que
suelen destacar negativamente.
También conocidos como imbéciles, la doctora Martina M. Cartwright se ha preguntado cómo podemos manejar a estas personas “crónicamente egoístas y desconsideradas” que con sus comportamientos “ hacen miserable la vida de los que les rodean”.
Imponen
su criterio, consideran las opiniones ajenas una nimiedad y, en
general, son poco tolerantes con cualquier actitud o pensamiento que no
encaje con el suyo. Una forma de ser que afecta a todos los sexos, razas, credos y clases por igual.
1. Egoístas crónicos: los reyes del yomismismo
2. Los protagonistas y su obsesión por ser el centro de atención
3. Pusilánimes que se dedican a ir “dando pena”
4. Vagos y maleantes: los incompetentes
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